#ANONYMOUS - #CÚPULASINEXISTENTES
Este mes de mayo se cumplen cuatro años de las
elecciones autonómicas y municipales de 2011 y, junto con ello, cuatro
años del estallido del 15M y el momento más mediático de Anonymous en
España, que acabó con la detención de tres personas.
Ya hace cuatro años que nos despertamos colectivamente
del sueño ingenuo de la democracia y decidimos, con los medios a nuestro
alcance, plantarle cara desde distintas posiciones –plazas, barrios,
CSOAs, foros, chats, redes sociales. Lo hicimos antes de que tuviesen
lugar aquellas elecciones porque nos habíamos dado cuenta de algo muy
importante: el problema no era el gobierno de turno, el problema era la
propia estructura del sistema en el que nos asentamos.
Desde los primeros meses de 2011
con fuerza –y esto es importante entenderlo, porque no se planificó–
una especie de organización que permanecía latente desde 2004 y que
puede recordar a la guerra de guerrillas, si una quiere ponerse
novelesca. La gente, harta de verse esclavizada e indignada ante los
engaños del capitalismo que anula la lógica democrática para ponerle el
culo a los intereses de las empresas, echó mano de los medios a su
alcance y se dispuso a cambiar la situación ejerciendo la autonomía que
había estado delegando hasta ese momento. En términos kantianos,
podríamos decir que con el 15M la sociedad española se dispuso a
alcanzar la mayoría de edad y emanciparse. Ya antes, en marzo de 2004,
mostró su intención de hacerlo cuando se autoorganizó para informarse
sobre unos atentados que, bajo el mandato de José María Aznar y con la
connivencia de Alfredo Urdaci al mando de TVE, se manipularon con un
descarado propósito electoral poniendo por encima de la humanidad de
todo un pueblo los intereses de un partido. Sin embargo, si una quiere
ser coherente, hablará de una –que no organización– en red.
Lo que estalló en 2011 y se viene viendo desde 2004 e
incluso antes, es una sociedad que por medio del desarrollo de las
nuevas tecnologías que tiene a su alcance ha comenzado a regir
determinados asuntos públicos y privados sobre los que había soltado las
riendas. Algunas de sus consecuencias son múltiples y diversos
movimientos activistas como el 15M y Anonymous, pero si bien parece que
hemos conseguido entrar en razón sobre la lógica estructural del 15M,
carente de líderes, parece que todavía no hemos conseguido entender la
que se refiere a Anon –en cierto modo la rama cibernética del 15M–, muy
similar en su modo de operar mediante acuerdos en distintos nodos
horizontales. Hace ahora ya cuatro años, la policía, encargada de
investigar unos delitos menores de daños informáticos, dijo haber
detenido nada menos que a “la cúpula de Anonymous” montando la historia
más ridícula del año.
LA CÚPULA DE LA ORGANIZACIÓN INEXISTENTE
El primer problema de los policías encargados de
estudiar los delitos de daños denunciados por la Junta Electoral Central
(JEC) es no conocer en absoluto a “su enemiga” ni, probablemente, tener
la menor idea sobre el tema investigado pese a tratarse de una brigada
especializada. De otro modo, no hay forma de explicar semejante chapuza
esperpéntica.
En el momento en que la JEC denuncia una caída de su
servicio debido a la enorme carga de peticiones recibidas en su web, la
policía decide buscar a las responsables. Una pensaría que lo lógico
sería tratar de conocer las direcciones desde donde han sido realizadas
estas peticiones –lo que también tiene su propia problemática– pero, la
policía, viendo que hay cuentas random por Twitter que invitan a la
gente a participar en una protesta en forma de denegación de servicio
contra la JEC donde coincide el vocablo “Anonymous”, decide que ya ha
dado con su objetivo: ¡Anonymous! Hasta aquí todo perfecto, ¿no...?
Lo segundo más lógico sería, una vez que has decidido
que para qué tirar de pruebas empíricas pudiendo llegar a conclusiones a
partir de algo bastante parecido a los rumores, que en este caso
indican a una responsable denominada “Anonymous”, trates de averiguar
qué es eso. Informarte sobre el tema. ¡Y oye...! Parece que la policía
esta vez llega a la misma conclusión que nosotras y decide entrar en los
chats de los servidores de AnonOps y AnonNet del IRC con el alias
sproket donde, al parecer, se reúnen personas de forma anónima para
proponer y llevar a cabo distintas propuestas. Es fácil comprobar que
ahí nadie conoce a nadie y cada una es de su madre y de su padre pero
claro, estamos hablando de la policía... No fueron precisamente los
niños más adelantados de su clase en el colegio.
–Esto tiene que ser una organización –pensaron con total seguridad.
–Y si es una organización, tiene que tener unas lideresas –concluyeron sin ningún atisbo de dudas.
Se ponen a hablar con unas y con otras de las allí
presentes y nadie parece llevar el cotarro de nada, ¡al contrario!, hay
continuas divisiones en distintos canales dedicados a unos y otros temas
–#OpGoya para protestar por el cánon, #OpVdeVotaciones para criticar el
bipartidismo...– donde la gente sale, entra y desaparece por siempre
jamás. Con ese modo tan extraño de proceder tienen que ocultar algo...
–¡son criminales!– y las lideresas, sin lugar a dudas, tienen que ser
las que tienen esos signos raros junto a sus alias, dotándoles de un
poder oculto a ojos de las paganas.
Para que comprendáis mejor todo esto vamos a hacer unas sencillas analogías con el 15M, ya mejor asimilado.
Los servidores del IRC donde se reunían distintas
personas de forma anónima para deliberar sobre todo tipo de temas con
una intención crítica y activista, serían las plazas donde acampamos;
los distintos canales por temáticas, las comisiones; y el conjunto de
todo, un movimiento vivo. El movimiento de Anonymous, como el movimiento
del 15M, era el resultado de una especie de coordinación de acciones
bajo unas mismas premisas generales. Cambiad el “no nos representan” por
el “somos anónimas”... Son simples consignas que, lejos de referir a
una organización, engloban un conjunto de personas que se sienten
cómodas bajo esos parámetros y los aismilan de forma libre e individual,
formando un todo que acaba siendo más que la suma de sus partes.
Hace cuatro años detuvieron a tres hombres acusándoles
de pertenencia a un grupo criminal llamado “Anonymous” y les achacaron
numerosas acciones que tuvieron lugar en distintos momentos y fueron
llevadas a cabo por diversas personas que se hacían llamar, básicamente,
Nadie.
La policía, en un absoluto desconocimiento del objeto
de su investigación, hizo referencia a un movimiento vivo y unido bajo
la parábola del anonimato con la palabra ,
atribuyendo de este modo a sus acusados un conjunto de normas y fines
comunes que, en este caso además, resultarían ser criminales. Alguien
tendrá que decirnos cuáles son los principios de la organización de
Anonymous que la convierten en criminal y cómo podemos hacernos con el
carnet de socias, aunque vista la rueda de prensa de la policía, parece
que es tan sencillo como irte a la Fnac y comprarte una mascarita de Guy
Fawkes. Manda cojones la cosa.
Por otro lado, nos gustaría saber cómo ha constatado la
policía que estas tres personas participaron en acciones tan dispares
si se llevaron a cabo anónimamente. ¿Acaso ahora la justicia se dedica a
acusar y juzgar sin pruebas? Disculpad la pregunta, anarquistas, que
sois constantemente juzgadas porque sí, pero es necesario que aquí
también se entienda que las pruebas son nulas: están acusando a tres
personas de diferentes faltas cometidas por dios sabe quién con la
excusa de que en todas ellas se desconoce su autoría. De hecho, y para
más inri, aportan como soporte a su sospecha que uno de ellos manejaba
un servidor y otros dos administraban algún canal del IRC, que es lo
mismo que decir que el responsable de todo lo que nosotras tuiteamos es
Twitter, que es quien nos aloja, y lo juzguen por ello.
Desde aquí queremos manifestar todo nuestro apoyo a
tres randoms que decidieron ejercer su derecho a la privacidad y por
ello han sido tratados como criminales sin una sola prueba sobre la
mesa, además de haber sido sometidos a varias ilegalidades; una de ella
tan tonta como la escucha de las conversaciones entre uno de los
acusados con su abogado, ordenada por la juez Ana López Pandiella (Ana,
bonita, ¿te suena el juez Garzón?).
Esperamos de veras que el sistema jurídico esté a la
altura de los nuevos tiempos y no cometa las mismas gilipolleces de la
policía que se ha encargado de este asunto.
La Nueve de Anonymous*
Inglorious /b/asterds
*Hace referencia a nuestro anonimato, no tiene relación alguna con una misteriosa banda organizada de malotas.